Conseguir que Windows 11 funcione al máximo a veces es como intentar que un coche funcione a la perfección tras años de abandono. Quizás el inicio lento, los picos de lag aleatorios o simplemente la lentitud general sean lo que lo hace molesto. La buena noticia es que existen algunos pasos de eficacia comprobada que pueden ayudar a mejorar el rendimiento sin complicaciones. Estos ajustes suelen marcar una diferencia notable, ya sea un arranque más rápido, una multitarea más fluida o simplemente una mayor agilidad. Aquí tienes una colección de soluciones que han funcionado en varias configuraciones y que, con suerte, te servirán también.
Cómo solucionar la lentitud y mejorar el rendimiento en Windows 11
Si sientes que Windows 11 se está quedando atrás y los ajustes básicos ya no funcionan, estos métodos podrían ser la solución. Desde configurar actualizaciones hasta mejoras internas, te sorprenderá lo mucho que se puede hacer con solo unos clics y comandos. Y sí, a veces a Windows le gusta complicar las cosas más de lo necesario, pero es parte de la gracia, ¿no?
Método 1: Actualizar Windows 11 y los controladores
Las clásicas actualizaciones de Windows. No se limitan a parches de seguridad, sino que también suelen mejorar el rendimiento. Ve a Configuración > Windows Update y haz clic en Buscar actualizaciones. Si hay alguna pendiente, deja que se instale. Además, no olvides actualizar los controladores, especialmente los de la tarjeta gráfica, el almacenamiento y el chipset. Puedes hacerlo a través del Administrador de dispositivos.Ábrelo con Win + Xy selecciona Administrador de dispositivos. Haz clic derecho en cada dispositivo, elige Actualizar controlador y luego selecciona Buscar automáticamente software de controlador actualizado. A veces, los fabricantes lanzan nuevos controladores en lotes, lo que facilita mucho el proceso.
Tenga en cuenta que, en algunos sistemas, las actualizaciones de controladores de Windows Update o incluso de los fabricantes de dispositivos podrían no ser las más recientes. Para hardware crítico, conviene consultar directamente el sitio web del fabricante.
Método 2: Ajustar los programas de inicio para un arranque más rápido
Este es un truco clásico: un inicio desordenado ralentiza todo. Abre el Administrador de tareas con Ctrl + Shift + Escy luego ve a la pestaña Inicio. Desactiva todas las aplicaciones que no usas justo después del arranque. Céntrate en las aplicaciones de Windows en segundo plano, como el firewall, el antivirus o las utilidades de hardware, pero descarta todo lo que no sea esencial. A veces la lista es sorprendentemente larga, y las aplicaciones pequeñas añaden segundos o minutos extra al inicio.
Esto ocurre cuando el sistema tarda mucho en acceder al escritorio o se siente lento al iniciar sesión por primera vez. En algunas configuraciones, deshabilitar algunos elementos no parece ser efectivo la primera vez, pero después de reiniciar, todo se ve más ágil. Vale la pena revisarlo periódicamente, ya que las nuevas aplicaciones tienden a colarse al inicio.
Método 3: Limpiar el disco y el espacio libre
Claro que Windows tiene que complicarse la vida con la acumulación de archivos basura. Ve a Configuración > Sistema > Almacenamiento y activa el Sensor de Almacenamiento. Este sistema puede eliminar automáticamente los archivos temporales y la basura; solo actívalo. Para una limpieza manual, puedes ejecutar el Liberador de espacio en disco.Ábrelo con [nombre del sistema], escribe Win + R[nombre cleanmgr
del sistema], selecciona la unidad (normalmente C:) y selecciona qué eliminar. No olvides limpiar los archivos antiguos del sistema y vaciar las papeleras de reciclaje.
Quedarse sin espacio ralentiza todo. Si usas un disco duro, desfragmentarlo después de limpiarlo también puede ser útil.Úsalo defrag C:
en el Símbolo del sistema o PowerShell.
Método 4: Ajuste la configuración de energía para el rendimiento
Este es un punto obvio, pero a menudo se pasa por alto. Busca ” Configuración de energía y suspensión” y luego ” Configuración de energía adicional”. Selecciona el plan “Alto rendimiento”. Si no está visible, haz clic en ” Mostrar planes adicionales”. En algunas laptops, esto puede agotar la batería más rápido, pero si usas una computadora de escritorio o necesitas la máxima velocidad, vale la pena. Para ajustes más precisos, haz clic en ” Cambiar configuración del plan” y luego en “Cambiar configuración avanzada de energía”. Cambia ajustes como la administración de energía del procesador al 100 % para obtener la máxima velocidad.
Esta modificación es realmente efectiva al realizar tareas exigentes o jugar. En algunas máquinas, ayuda a suavizar los tirones o los picos de retardo.
Método 5: Mantenga los controladores y el firmware actualizados
No solo Windows, sino también el firmware de tu hardware puede ser un cuello de botella. Consulta el sitio web de soporte del fabricante de tu dispositivo o usa una herramienta como Driver Easy para buscar controladores obsoletos. A veces, hacerlo manualmente (como actualizar el controlador de la tarjeta gráfica con GeForce Experience o AMD Radeon Software) marca una gran diferencia, especialmente para juegos o tareas multimedia.
No sé por qué funciona, pero en algunas configuraciones, los controladores desactualizados causan problemas extraños hasta que se aplica una nueva actualización. Recuerda: un método infalible es obtener los controladores directamente del sitio web del fabricante del hardware, no siempre de las actualizaciones de Windows.
Tras probarlos, la mayoría de los usuarios reportan una mejora notable en la velocidad, menos bloqueos y una experiencia con Windows en general más *cómoda*.Sí, puede que requiera un poco de experimentación, pero sinceramente, vale la pena por el rendimiento más ágil.
Resumen
- Compruebe e instale las actualizaciones de Windows y los controladores más recientes.
- Deshabilite los programas de inicio innecesarios para acelerar el arranque.
- Limpie el espacio en disco con Storage Sense o Disk Cleanup.
- Cambie a planes de energía de alto rendimiento para trabajos exigentes.
- Actualice periódicamente los controladores y el firmware del dispositivo.
Resumen
Al cambiar de un ajuste a otro, a menudo son los pequeños detalles los que suman. Puede que no notes milagros al instante, pero con el tiempo, tu configuración de Windows 11 se sentirá mucho más ágil. Basta con una combinación de actualizaciones, reducir el desorden del inicio y limpiar archivos basura. En algunas configuraciones, hacer todo esto es como arreglar el motor del coche: de repente, todo vuelve a funcionar de maravilla. Ojalá esto ayude a alguien a reducir la frustración o simplemente haga que su equipo vuelva a sentirse como nuevo.