A veces, Windows no deja de molestarte con actualizaciones, incluso si tienes un día ajetreado o necesitas solucionar un problema urgente. Si estás cansado del frenesí de las actualizaciones automáticas y quieres saber cuándo se activan, cancelarlas o pausarlas no es demasiado complicado, al menos en teoría. Es especialmente útil si una actualización está causando problemas o si tienes una conexión con un ancho de banda limitado. Solo un aviso: cancelar las actualizaciones puede dejar tu PC un poco más vulnerable, así que úsalo como una solución temporal en lugar de una estrategia a largo plazo. Aquí tienes un método bastante sencillo que funcionó en varias configuraciones; sin embargo, te advierto: a Windows le gusta que sea un poco frustrante bloquear sus servicios de actualización furtivos. Así que, si estás listo, comencemos.
Cómo cancelar Windows Update
Método 1: deshabilite el servicio de actualización de Windows desde la aplicación Servicios
Este método consiste en detener y deshabilitar directamente el servicio Windows Update. Básicamente, le indicas a Windows que no siga buscando ni instalando actualizaciones hasta que decidas reactivarlo. Es como desconectar el cable de alimentación del equipo de actualización, y funciona bastante bien, especialmente si estás en apuros y no quieres que las actualizaciones se ejecuten en segundo plano. Ten en cuenta que, debido a la forma en que Windows administra sus tareas en segundo plano, es posible que deba volver a aplicar esta función después de actualizaciones importantes o reinicios del sistema, y a veces resulta extraño que permanezca deshabilitada en ciertas configuraciones.
Para ello, primero abre la aplicación Servicios. Puedes encontrarla pulsando Windows key, escribiendo “Servicios” y pulsando Enter. Está integrada en las herramientas del sistema, pero no necesitas atajos complicados; solo tienes que buscar “Windows Update”.
Localizar y detener el servicio de actualización de Windows
- Desplázate por la lista para encontrar Windows Update. La lista está en orden alfabético, por lo que suele estar casi al final.
- Haz clic derecho en Windows Update y selecciona Detener. Esto detiene el proceso de actualización inmediatamente, como si se apagara un interruptor. Al menos temporalmente.
Deshabilite el servicio para evitar que se reinicie por sí solo
- Haga clic derecho nuevamente en la misma entrada de Windows Update y luego seleccione Propiedades.
- En Tipo de inicio, cámbielo de Automático o Manual a Deshabilitado.
- Pulsa “Aceptar” o “Aplicar” para guardar. Windows ya no debería iniciar el servicio de actualización a menos que lo vuelvas a habilitar manualmente.
Esto parece un poco rudimentario, pero bueno, funciona. Sin embargo, ten en cuenta que, en algunas configuraciones, Windows podría reiniciar el servicio de actualización después de reiniciar o realizar una actualización menor. En ese caso, podría ser necesario repetir el proceso o considerar algunos ajustes adicionales.
Consejo adicional: Verifique su configuración de actualizaciones
Después de deshabilitar el servicio, conviene verificar que Windows Update no se esté ejecutando. Ve a Configuración > Windows Update y comprueba si aparece como pausado o si no busca actualizaciones. También puedes configurar una pausa de hasta 35 días si no estás listo para desactivar las actualizaciones por completo, pero quieres un respiro.
Otros enfoques si esto no es suficiente
A veces, Windows simplemente se niega a cooperar, especialmente después de parches importantes o si las políticas del sistema anulan los controles manuales. En esos casos, se suelen usar herramientas de terceros como Winhance o scripts, o incluso modificar la directiva de grupo (si se usa Windows 10 Pro o Enterprise).Pero eso ya es un paso más avanzado, y los pasos varían considerablemente según la versión y la configuración.
Sin embargo, para la mayoría de los usuarios domésticos, basta con seguir el truco de los servicios y revisar la configuración de actualizaciones periódicamente. Recuerda volver a activar las actualizaciones cuando estés listo para los parches de seguridad; no las dejes desactivadas para siempre a menos que sepas lo que haces.
Como a Windows le gusta complicar las cosas más de lo necesario, estos pasos no son infalibles. A veces, reiniciar el sistema o incluso actualizar el servicio desde Microsoft restablece el servicio. Vale la pena guardar esta información en tus favoritos y consultarla de vez en cuando.