Instalar Windows en Linux no es precisamente una cirugía cerebral, pero puede ser un poco engorroso si no estás familiarizado con el proceso. Quizás quieras ejecutar algunas aplicaciones exclusivas de Windows o simplemente probar cosas sin abandonar por completo tu configuración de Linux. Sea cual sea el motivo, configurar un sistema de arranque dual o una máquina virtual puede ser algo complicado, especialmente para principiantes. Por eso, esta guía te guiará por los métodos más comunes, destacando los posibles problemas y los aspectos a tener en cuenta para evitar un sistema dañado o una pérdida de datos catastrófica. Una vez hecho esto, deberías poder cambiar entre Linux y Windows sin problemas, ya sea eligiendo cuál arrancar o simplemente ejecutando Windows dentro de Linux mediante una máquina virtual. Sería genial si funcionara sin los típicos problemas.
Cómo solucionar la instalación de Windows en Linux
Método 1: Configurar una máquina virtual en VirtualBox
Esta suele ser la opción más segura y menos destructiva, sobre todo si apenas estás incursionando en Windows en Linux. Ejecutar Windows dentro de una máquina virtual es un poco extraño porque, sinceramente, no es tan rápido como la versión nativa, pero es mucho más fácil y menos arriesgado. Además, si algo sale mal, simplemente eliminas la máquina virtual en lugar de manipular particiones o arriesgarte a que Windows sobrescriba el gestor de arranque de Linux. Solo necesitas VirtualBox, que puedes instalar fácilmente a través de tu gestor de paquetes.
Por qué es útil: No requiere particiones, no hay que modificar el gestor de arranque y permite mantener Linux totalmente intacto. Esto es ideal si solo se busca un entorno Windows para pruebas o uso ocasional. Cuando funciona, iniciar Windows es como iniciar una aplicación y se puede cerrar como cualquier otro programa.
Para obtener VirtualBox en la mayoría de las distribuciones de Linux, intente ejecutar:
sudo apt update && sudo apt install virtualbox # or sudo dnf install VirtualBox # or sudo pacman -S virtualbox
Una vez instalado, abra VirtualBox, haga clic en Nuevo y siga las instrucciones para configurar una nueva máquina virtual. Cuando se le solicite un disco de arranque, cargue la ISO de Windows. Puede obtenerla en el [sitio web de Microsoft](https://www.microsoft.com/software-download/windows10); simplemente seleccione la versión que desee. Asigne suficiente RAM (alrededor de 4 GB si es posible), un espacio de disco decente (más de 20 GB) y siga el resto del asistente.
Prepárate para pasar un tiempo en la pantalla de instalación, eligiendo opciones, ingresando tu clave si se te solicita, etc. Pero, sinceramente, después de la configuración inicial, es prácticamente “instalar y olvidar”.Eso sí, no olvides activar la virtualización en la BIOS si VirtualBox no funciona correctamente; a veces, esa es la causa de los problemas de rendimiento.
Método 2: Configuración de arranque dual con particionamiento
Esta ruta es más compleja, ya que implica crear un espacio dedicado en el disco duro para Windows.¿La ventaja? Windows se ejecuta directamente en el hardware, lo que generalmente implica un mejor rendimiento y compatibilidad.¿La desventaja? Redimensionar las particiones del disco puede ser peligroso si no se tiene cuidado. Para evitar dañar los datos de Linux o el gestor de arranque, es imprescindible hacer una copia de seguridad previamente.
Por qué ayuda: Rendimiento nativo, sin retardo de virtualización y, si se configura correctamente, es muy estable. Al encender el PC, aparece un menú (GRUB por defecto) donde se puede elegir entre Linux o Windows. En algunas configuraciones, este proceso falla la primera vez, especialmente si Windows sobrescribe el gestor de arranque de Linux o si se produce un error al redimensionar la partición. Por lo tanto, proceda con precaución.
Aquí es donde conviene usar una herramienta como GParted. Puedes ejecutarla desde un USB en vivo o desde tu instalación de Linux si la tienes instalada.El sitio web oficial de GParted lo explica de forma bastante sencilla.
- Primero haz una copia de seguridad de todo. Porque, claro, Linux lo hace más difícil de lo necesario.
- Inicia GParted, busca tu partición principal y redimensiona para liberar espacio para Windows. Recuerda: ¡no borres ni formates tu partición de Linux!
- Cree una nueva partición NTFS con el espacio libre, llámela “Windows” o como tenga sentido.
- Reinicie su Linux y edite la configuración de GRUB si es necesario, o simplemente ejecútelo
sudo update-grub
después de instalar Windows. - Inserte el medio de instalación de Windows (USB/DVD), inicie desde él y seleccione esa nueva partición durante la instalación.
- Sigue las instrucciones; es bastante obvio, pero a veces Windows sobrescribe el gestor de arranque. Si esto ocurre, tendrás que reparar GRUB después mediante un entorno chroot o una sesión de Linux activa.
Realidad: En algunas máquinas, Windows sobrescribirá el gestor de arranque, lo que obligará a restaurar GRUB manualmente. A veces, las herramientas de reparación de arranque para Linux pueden solucionar esto rápidamente, pero es molesto.
Consejos adicionales para ambas rutas
Asegúrate de desactivar el Arranque Seguro antes de empezar, especialmente con arranque dual, ya que Windows y Linux podrían no funcionar correctamente con esta opción activada. Además, ten a mano una unidad USB por si necesitas rescatar el gestor de arranque de Linux tras una instalación fallida de Windows.
Y no confíes simplemente en que “todo irá bien”: siempre haz copias de seguridad y, preferiblemente, clona tu disco si se trata de una configuración crítica. Porque nada arruina un buen día como una instalación fallida del sistema operativo o la pérdida de datos.
Consejos para instalar Windows en Linux
- Haga una copia de seguridad de todos sus datos, por si acaso.
- Proporcione a su máquina virtual suficiente RAM y almacenamiento; el rendimiento disminuye drásticamente cuando no lo hace.
- Tenga a mano un USB de rescate con herramientas como GParted o medios de recuperación de Windows.
- Verifique nuevamente la configuración del BIOS: deshabilite el Arranque seguro y habilite la virtualización si usa una máquina virtual.
- Tómese su tiempo para cambiar el tamaño de las particiones: apresurarse puede provocar un desastre.
Preguntas frecuentes
¿Puedo ejecutar aplicaciones de Windows en Linux sin instalar Windows?
Sí, se puede usar Wine o herramientas similares, pero la compatibilidad es imprecisa, especialmente con aplicaciones nuevas o complejas.
¿Es seguro el arranque dual?
En la mayoría de los casos, pero un error en la partición o en las actualizaciones del gestor de arranque puede causar problemas de arranque o pérdida de datos. Las copias de seguridad son clave.
¿Cuánto espacio necesito para Windows?
Al menos 20 GB para el sistema operativo en sí, pero en realidad necesitarás más si vas a instalar aplicaciones o almacenar archivos.
¿Puedo deshacerme de Windows más tarde?
Claro, simplemente elimina la partición o la máquina virtual. Pero asegúrate de eliminar las entradas de GRUB si optas por el arranque dual para que tu Linux arranque correctamente.
¿Necesito una clave de licencia de Windows?
Sí, a menos que te parezca bien el modo de prueba, es necesaria una clave para la activación.
Resumen
- Haz una copia de seguridad de tus cosas antes de hacer nada.
- Decide si quieres virtualización o arranque dual.
- Descargue la ISO de Windows de Microsoft.
- Utilice VirtualBox para una configuración virtual rápida o particione su unidad para arranque dual.
- Siga las instrucciones atentamente, especialmente al cambiar el tamaño o crear particiones.
- Actualice GRUB después de la instalación si es necesario, para asegurarse de que el menú de arranque muestre ambos sistemas operativos.
Resumen
Conseguir que Windows funcione con Linux puede ser un poco complicado, pero es totalmente factible. Tanto si optas por una máquina virtual como por un arranque dual, simplemente ten copias de seguridad a mano, tómate tu tiempo y no te apresures al particionar. Una vez configurado, cambiar de sistema o ejecutar aplicaciones de Windows es mucho más fácil que lidiar con configuraciones complejas o reinstalaciones extensas. Por supuesto, siempre es buena idea estar al tanto de las actualizaciones, tanto de Windows como de Linux, ya que a veces alteran las configuraciones de arranque. Ojalá esto ayude a evitar los problemas más comunes y a que Windows funcione mejor en ese equipo Linux.