Cómo evaluar el rendimiento de tu PC en Windows 11 de forma eficiente

Comprobar el rendimiento de tu PC en Windows 11 no es tan complicado como parece. A veces, notas que tu ordenador se ralentiza o se ralentiza, y lo único que quieres es una forma rápida de ver qué está pasando realmente. Por suerte, Windows cuenta con herramientas integradas como el Administrador de tareas, que te permiten obtener una visión general del uso de la CPU, la memoria, el disco y la red. Es un alivio ver las cifras reales en lugar de simplemente adivinar si algo va mal. Estos pasos deberían darte una visión general, y hacerlo con regularidad puede ahorrarte mucha frustración más adelante, especialmente al solucionar problemas de ralentización o de inicio.

Cómo comprobar el rendimiento de tu PC en Windows 11

Abrir el Administrador de tareas

Haz clic derecho en la barra de tareas y selecciona “Administrador de tareas”. Si quieres ahorrarte unos clics la próxima vez, pulsa Ctrl + Shift + Esc: rápido y sencillo, pero efectivo. El Administrador de tareas muestra las aplicaciones y los procesos que consumen más recursos en ese momento, junto con información general del sistema. A veces, parece un poco lento o con errores al abrir, pero así es Windows. En algunas configuraciones, puede tardar uno o dos segundos en cargar, y en otras, puede que necesite un reinicio completo para funcionar mejor.

Vaya a la pestaña “Rendimiento”

Una vez abierto el Administrador de tareas, haz clic en la pestaña “Rendimiento” en la parte superior. Si no la ves, haz clic en “Más detalles” en la parte inferior, lo que suele expandir la ventana. Esta pestaña es como el panel de control de salud de tu PC, que muestra gráficos y estadísticas de CPU, RAM, disco y red. En algunos equipos, no se actualiza inmediatamente después de abrirse; es posible que tengas que actualizarla manualmente o esperar un momento.

Monitorear el uso de recursos

Vigila las cifras de CPU, memoria, disco y red. Si la CPU alcanza el 100 % con regularidad, es una buena señal de que algo está congestionando los ciclos. Lo mismo ocurre con la RAM: si está al máximo, tu PC podría estar saturado de aplicaciones abiertas o procesos en segundo plano. El uso del disco al 100 % suele estar relacionado con cuellos de botella en el disco duro, especialmente en sistemas antiguos o si usas una unidad de disco duro giratoria tradicional. Es de esperar que fluctúe, pero ¿se alcanza el máximo constantemente? Es hora de revisar a fondo o cerrar algunas aplicaciones.

Utilice el Monitor de recursos para obtener más detalles

Si algo parece extraño, pero no sabes por qué, haz clic en “Abrir el Monitor de Recursos” en la parte inferior de la pestaña “Rendimiento”.Esto abre una vista más detallada de los procesos, servicios y asignación de recursos. Es un poco complejo, pero útil para identificar exactamente qué proceso está causando la ralentización.¿No sabes qué buscar? A veces, la alta actividad del disco proviene de Windows Update o análisis antivirus, lo cual es normal, pero si persiste, es una señal de alerta.

Comprobar programas de inicio

De vuelta en el Administrador de Tareas, ve a la pestaña “Inicio” (sí, esa suele pasarse por alto).Deshabilitar programas innecesarios para que no se inicien al arrancar puede reducir considerablemente el tiempo de arranque y liberar recursos. Haz clic derecho en las aplicaciones que no necesites inmediatamente y selecciona Deshabilitar. A veces, las aplicaciones extrañas en segundo plano son las culpables de arranques lentos o un rendimiento lento incluso después de un reinicio completo. Recuerda que algunos servicios son críticos, así que no deshabilites funciones del sistema de Windows a ciegas.

Después de todo esto, tendrá una idea mucho más clara de qué está afectando a su PC. Ya sea una aplicación maliciosa, un disco duro lento o simplemente operaciones normales en segundo plano, comprender el uso de recursos le ayudará a tomar decisiones más inteligentes sobre qué necesita reparación o actualización.

Consejos para comprobar el rendimiento de tu PC en Windows 11

  • Haga que revisar el Administrador de tareas sea parte de su rutina, como un rápido control de salud.
  • Mantenga Windows actualizado; a veces las actualizaciones mejoran la gestión de recursos.
  • Si su PC se sobrecarga regularmente, tal vez considere actualizar el hardware: más RAM o cambiar a SSD podrían cambiar las reglas del juego.
  • Escanee periódicamente con herramientas antivirus o antimalware; el malware puede consumir recursos sin que usted se dé cuenta.
  • Limite las aplicaciones en segundo plano y las entradas de inicio innecesarias para mantener todo fluido.

Preguntas frecuentes

¿Cómo abro el Administrador de tareas rápidamente?

Presione Ctrl + Shift + Esco haga clic derecho en la barra de tareas y seleccione Administrador de tareas.

¿Qué debo hacer si el uso de mi CPU es siempre alto?

Comprueba si hay aplicaciones ejecutándose en segundo plano que no deberían estarlo, como una pestaña del navegador bloqueada o algún proceso de inicio. Si persiste, podría ser necesario actualizar el hardware, pero primero comprueba la actividad en segundo plano.

¿Por qué mi PC funciona lentamente incluso con poco uso?

Podría deberse a poca RAM o a un disco duro lento. A veces, procesos en segundo plano o malware acechan, así que mantén tu sistema limpio y revisa si hay procesos que consumen muchos recursos, incluso si el uso general parece normal.

¿Cómo puedo reducir los programas de inicio?

Ve al Administrador de Tareas, haz clic en la pestaña “Inicio” y deshabilita las aplicaciones innecesarias al inicio. Es una forma sencilla de acelerar el sistema desde el inicio.

¿Es seguro finalizar tareas en el Administrador de tareas?

Sí, pero solo aquellos que no sean procesos críticos del sistema. Finalizar servicios esenciales de Windows puede causar inestabilidad. En caso de duda, busque primero el nombre del proceso en Google.

Resumen

  • Abra el Administrador de tareas con Ctrl + Shift + Esco desde la barra de tareas.
  • Vaya a la pestaña “Rendimiento” para obtener una descripción general rápida.
  • Supervise el uso de recursos para detectar posibles cuellos de botella.
  • Utilice Resource Monitor para analizar en profundidad los procesos problemáticos.
  • Compruebe y desactive los programas de inicio innecesarios.

Resumen

Controlar el rendimiento de tu PC con Windows 11 no es ciencia espacial, pero requiere paciencia. Estas herramientas y pasos te darán una idea general, y a partir de ahí, solo queda gestionar aplicaciones, actualizaciones o análisis de malware. A veces, una pequeña limpieza y actualización de hardware puede marcar la diferencia, o al menos orientarte. Con suerte, esto le ahorrará tiempo a alguien o, al menos, hará que la resolución de problemas sea un poco menos tediosa.