Si intentas retrasar la actualización a Windows 11, pero no quieres que se instale de repente, hay algunos trucos para evitar que se instale automáticamente. Windows es un poco raro con estas cosas y, sinceramente, puede resultar bastante molesto que siga enviando actualizaciones para las que no estás preparado. Por suerte, con algunos ajustes rápidos en la configuración (y quizás algunos comandos de línea de comandos si es necesario), puedes darte un respiro. El objetivo es evitar que Windows se actualice automáticamente a la última versión sin tu consentimiento, sobre todo si tu hardware o aplicaciones no están del todo preparadas para el cambio.
Cómo detener la instalación de Windows 11
Método 1: Usar la configuración de Windows para pausar y retrasar las actualizaciones
Esta es la más sencilla. Es un buen punto de partida si solo quieres retrasar la actualización sin tener que modificar la configuración. Al pausar las actualizaciones, Windows no intentará descargar ni instalar ninguna actualización importante, como Windows 11, durante un tiempo determinado. Es una especie de parada suave, y en algunas configuraciones, podrías tener que repetirla cada pocas semanas si quieres evitar la actualización. Pero es simple y seguro.
- Ve a Configuración > Windows Update. Para acceder rápidamente, presiona Windows + Ipara abrir Configuración y luego ve a Actualización y seguridad.
- Haz clic en “Pausar actualizaciones durante 7 días”. Puedes seguir haciendo clic para extender ese periodo, pero después de un par de semanas, Windows podría sugerirte que vuelvas a activar las actualizaciones.
- Si desea tener más control, vaya a Opciones avanzadas en Windows Update.
- Aquí puedes configurar la duración máxima de la pausa; normalmente, puedes configurarla hasta por 35 días. Esto te da un tiempo determinado antes de que Windows intente forzar las actualizaciones de nuevo.
Nota: Este método es de esperar a ver qué pasa. Se aplica cuando Windows está implementando una actualización y aún no estás listo para el cambio. A veces, Windows implementa actualizaciones en segundo plano, lo que las bloquea temporalmente. Sin embargo, una vez finalizado el periodo de pausa, lo intentará de nuevo, así que mantente atento si quieres mantener el control.
Método 2: Establecer una versión de destino mediante el Editor de políticas de grupo (para Pro o Enterprise)
Esta opción es más fiable si quieres evitar que Windows instale actualizaciones por completo. Es un poco más compleja y solo está disponible si tienes Windows 10/11 Pro o Enterprise, no Home, a menos que lo modifiques. Además, funciona bien para bloquear actualizaciones de funciones específicas, como Windows 11.
- Abra el Editor de políticas de grupo escribiendo gpedit.msc en el cuadro Ejecutar ( Windows + R).
- Vaya a Configuración del equipo > Plantillas administrativas > Componentes de Windows > Windows Update > Windows Update para empresas.
- Busque la configuración llamada Elegir una versión de actualización de función de destino y haga doble clic en ella.
- Configúrelo en Habilitado y luego especifique la versión de Windows que desea mantener, como
21H2
, o cualquiera que sea su versión actual. - Pulsa “Aplicar” y reinicia tu PC. Windows reconocerá esta configuración y dejará de intentar actualizar a versiones posteriores.
Esto es bastante básico, pero efectivo. Por qué es útil: le dice a Windows: “Oye, quédate con esta versión, no me molestes con la nueva”, lo cual se aplica cuando el sistema de actualización automática insiste en enviar la última actualización. Además, en algunas configuraciones, este método impide que la actualización se descargue por completo, no solo la retrasa. Es un poco más fiable, pero también un poco más técnico.
Método 3: Usar el Registro para bloquear actualizaciones (avanzado, se requiere precaución)
Si te atreves y te sientes cómodo editando el registro, hay una opción que puede evitar que se muestren actualizaciones de funciones como Windows 11. Pero cuidado: manipular el registro puede causar problemas si no tienes cuidado.
- Abra el editor de registro escribiendo regedit en el menú Inicio y presionando Enter.
- Vaya a HKEY_LOCAL_MACHINE\SOFTWARE\Policies\Microsoft\Windows.
- Si no hay una clave WindowsUpdate, haga clic derecho y cree una nueva.
- Dentro de WindowsUpdate, cree un nuevo valor DWORD llamado TargetReleaseVersion y configúrelo en 1.
- Y agregue otro DWORD llamado TargetReleaseVersionInfo, configurándolo en su versión actual de Windows, como
21H2
. - Cierre el registro y reinicie. Esto evita que Windows lo reinicie con versiones más recientes, incluido Windows 11.
Este método es bastante complejo, pero funciona a bajo nivel. Se recomienda hacer una copia de seguridad del registro antes de hacerlo, ya que Windows, por supuesto, tiene que complicar las cosas más de lo necesario. Si fallas, podrías detener las actualizaciones por completo, lo cual no siempre es lo que quieres. Pero si te encuentras con una actualización difícil, es un posible último recurso.
En general, la elección depende de la profundidad que quieras alcanzar y de si tienes la versión Home o Pro. Normalmente, basta con empezar con las opciones de pausa integradas. Si no, prueba el método de la directiva de grupo. Y para los más valientes, las modificaciones del registro pueden ser efectivas, pero hay que proceder con precaución.
Espero que esto te ayude a mantener tu versión actual de Windows sin que se instalen actualizaciones. No sé por qué, pero Windows dificulta un poco el control directo de estas cosas, pero hay maneras de evitarlo.¡Mucha suerte y haz copias de seguridad!
Resumen
- Utilice Configuración para pausar las actualizaciones temporalmente o extender el período de pausa
- Establezca una versión de destino con la Política de grupo si está en Pro o Enterprise
- Como último recurso, modifique el registro para bloquear las actualizaciones.
- Siempre haga una copia de seguridad de sus datos antes de modificar configuraciones más profundas
Resumen
Controlar las actualizaciones de Windows, especialmente evitar una actualización no deseada a Windows 11, puede ser un fastidio, pero es posible con un poco de paciencia y un poco de práctica. La forma más sencilla es simplemente pausar las actualizaciones y establecer una versión de destino, pero para casos más difíciles, podría ser necesario revisar la directiva de grupo o el registro. Solo recuerda: mantén copias de seguridad, sé precavido y, con suerte, esto detendrá la avalancha de actualizaciones no deseadas. Ojalá esto ayude a alguien a evitar el caos de las actualizaciones durante un tiempo más largo, o al menos hasta que esté listo para dar el paso.