Instalar Windows XP puede parecer un retroceso a principios de los 2000, pero sinceramente, aún es posible si te gustan los equipos retro o necesitas ejecutar software clásico. El proceso es bastante sencillo, pero, por supuesto, hay algunas peculiaridades que pueden complicarte, como la configuración correcta de la BIOS o asegurarte de que tu hardware funcione correctamente con XP. Así que, si tienes una PC vieja o quieres revivir una antigua, seguir estos pasos puede ayudarte a revitalizarla. Prepárate para formatear una unidad, pasar por algunas pantallas azules y quizás lidiar con un orden de arranque complicado, pero al final, tendrás un sistema operativo clásico funcionando, simple y nostálgico. Solo ten en cuenta que este no es el sistema operativo más rápido ni seguro para navegar por internet hoy en día, pero para algunos proyectos, sigue siendo bastante divertido.
Cómo instalar Windows XP en pocas palabras
Método 1: Empezar desde cero con el disco
Primero, necesitarás una copia en buen estado del disco de instalación de Windows XP y un ordenador que aún tenga una unidad de CD o DVD (o una externa si tu antiguo PC no la tiene).Todo esto depende de que la BIOS esté configurada para arrancar desde la unidad óptica, que a veces es difícil de encontrar. Normalmente, se pulsa Supr, F2 o F12 durante el arranque (depende del equipo).Debes acceder al menú BIOS/UEFI, buscar el Orden de Arranque (a veces llamado Prioridad de Arranque ) y asegurarte de que la unidad óptica sea la primera. Guarda los cambios y reinicia.
Método 2: Arrancar desde el disco XP e instalar
Una vez que tu PC arranque desde el disco, verás la pantalla azul de configuración. No te dejes confundir por la cuenta regresiva ni por pulsar teclas; si es necesario, pulsa la tecla del menú de arranque (como F12 ) para seleccionar la unidad de CD/DVD manualmente. Cuando aparezca la configuración, sigue las instrucciones: acepta la licencia y luego accederás a las opciones de partición. Aquí es donde debes tener cuidado: se recomienda seleccionar Formato rápido (NTFS) por velocidad y compatibilidad. Recuerda que esto borra todo el contenido de esa partición, así que primero haz una copia de seguridad de lo importante, ya que Windows XP no tolera las copias de seguridad lentas.
Método 3: Completar la instalación y configuración
Después de formatear, empieza la verdadera diversión. XP copiará los archivos, se reiniciará y te pedirá la clave de producto, así que tenla a mano. Se te pedirá que configures tu configuración regional, zona horaria, crees la información de inicio de sesión, etc. La verdad es que es un poco raro volver a las antiguas pantallas de configuración, pero en algunos equipos, este paso puede tardar un poco más si los controladores de hardware interfieren o se bloquea. Una vez configurado todo, XP arrancará con su escritorio característico. Si tienes un hardware más nuevo, es posible que tengas que buscar manualmente los controladores antiguos o cargarlos desde una unidad USB.
Consejos y trucos adicionales
Porque, por supuesto, Windows XP tiene que complicar las cosas más de lo necesario. Si tu configuración no arranca desde el disco, revisa la configuración de la BIOS, desactiva el arranque seguro si lo hay o intenta arrancar desde otra unidad USB/DVD. Además, si tu hardware no reconoce la unidad, podría valer la pena crear un instalador USB de arranque con herramientas como Rufus. A veces, XP simplemente se niega a instalarse en sistemas con hardware reciente; es un fastidio, pero la paciencia es clave. Además, no olvides instalar algunas actualizaciones esenciales después de la instalación; intenta al menos obtener el Service Pack 3, que corrige algunos problemas de seguridad y mejora la estabilidad. Puedes encontrar las imágenes ISO oficiales, pero ten cuidado: el soporte de Microsoft ha muerto, así que se trata de buscar copias legítimas o fuentes confiables.
En una configuración falló la primera vez, pero funcionó como por arte de magia tras un par de reinicios. El proceso de instalación de XP no es perfecto, y las peculiaridades del hardware o de la BIOS pueden complicarlo todo. Simplemente insiste y no te sorprendas si necesitas buscar manualmente los controladores o ajustar algunas configuraciones en el Administrador de dispositivos.